El País, Gustavo Duch, 17 de junio de 2012
En los próximos días nos van a llegar
fantásticas noticias desde Río de Janeiro donde se celebra la cumbre de
la Tierra. La lucha contra el cambio climático y la salida de la crisis
—dicen— tiene una respuesta única que bautizan como Economía Verde.
Abogo
por una economía verde que devuelva importancia al sector agrario
productor de alimentos a pequeña escala y con métodos ecológicos, capaz
de generar muchos medios de vida, por ejemplo. Pero no por las
propuestas de la economía verde que las grandes corporaciones y
muchos Estados defenderán en Río, pensadas con la misma filosofía
derrochadora y avariciosa propia de estos tiempos.
Su economía verde resaltará las
capacidades de la agricultura y plantaciones de árboles para producir
energía a la vez que dinamiza la economía y reduce emisiones de gases
con efecto invernadero. Tres mentiras en una.
La Unión Europea y el Banco Mundial han
publicado varios informes sobre los cultivos agrarios para combustible
muy clarificadores. Explican que cubrir las cuotas marcadas en el uso de
granos para agrocombustibles lleva asociado siempre la quema de bosques
para sus plantaciones, produciendo tantas emisiones de CO2 que se anula
cualquier supuesto beneficio; que de facto algunas personas pasarán
hambre por sustituir sus cultivos o ser expulsado de sus tierras; y que
son factores responsables de la subida de precio de los granos básicos.
Pues eso, fantásticas noticias o pura fantasía teñida de verde.
—Gustavo Duch Guillot. Coordinador de la revista Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas.
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